¿Una taza de café antes de irte? ☕. Juro que no se está tan mal en este andén.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Rugir al viento.

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Hoy he decidido hacer las paces conmigo misma y confesarme. Y no como quien comete un delito, sino como alguien que se descubre así misma desnuda delante del espejo, y no se asusta:


- Llegaste y me proclamé humana. 






Estamos acostumbrados a que nos digan eso de que la sonrisa siempre le sienta bien a una, pero nunca se habla de si las debilidades quedan bonitas, de si la cicatrización de un beso duele o qué se supone que hay que hacer con los restos del que siente.

Yo, que me conocí de hielo e impermeable a las noches de verano, olvidando que el hielo también quema, y que me fundí sin proponérmelo en la parte trasera de tu coche. 

Yo, que pasé de ser revolución a revolucionaria, manifestándome bajito en tu oreja cada vez que tenía ocasión, clavando mi bandera en tus poros y creando un himno nuevo a base de gemidos.

Yo, y nadie más, nunca más.

Que siempre me he gustado mía; vendaval de posibilidades, juegos, apuestas y carcajadas tras un llanto. De gustos improvisados. De ganas de aprender. Que qué mas da si me pongo de pie y sólo te llego al hombro, si la energía me desborda. Que da igual si soy un torbellino de nervios si te veo en un bar, o si otros me quieren conocer sin saber que soy el mayor de los desastres, que no paro de (caos)garla o que me he abierto, contigo, en canal. Que soy así... Un arrebato. O un garabato. Una casualidad y una invitación.

Al fin y al cabo tú me conociste así, yo te gusté así; mía. Y sé que es como te gusta verme. Y a mi también.

Dos insensatos compartiendo cachitos del otro hasta empaparnos. Libres de esa elección. Siendo más humanos y felices por un rato, dejando la divinidad para los que no se aprovechan ni se atreven a desnudarse sin ropa. Siendo de alguna manera más cuerdos que el resto; porque quién nos dejaría pasar teniendo la debilidad tan cerca.

Vale, que sí, que lo acepto. Porque aceptándolo puedo llevarte clavado y seguir siendo yo-me-mi-conmigo. Y asumo haberte dejado entrar y que seas parte de mi piel erizada y que duermas en el lunar de mi pecho izquierdo; pero a ti también te toca aceptar que guardo alguno de tus botones en mi bolsillo - con todo el cariño que sé - y que tendrás que verme bailar a mis anchas, despeinada y señalando el norte con mis caderas, aunque no te señalen exclusivamente a ti.

Que nosotros no somos trenes, somos fenómenos naturales que tienen que volver a pasar.

Dicen que uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida. Yo creo que existen ombligos habitables, ¿y tú?


"Hay quien coge una canica y ve una canica. Y hay quien mira dentro de la canica. Y hay quien mira a través. 
Él era de los que a través de la multitud veía una canica. Era difícil dar con especies como estas por el mundo. 
Así que sería una pena no explotarlo. Aunque sólo fuese para volar el resto del mundo, de una vez, por los aires." X - mi Big Bang.


Aunque yo finja, aunque el tiempo sople, vuele y se nos escape, sé que sabrás mirarme a través.


Estoy hecha - como todos los humanos - de debilidades y fortalezas. Pero no olvides que el huracán siempre tiene nombre de mujer. Y éste, lleva el mío.


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