A dos días de otro veintidós que ya casi barre el suelo con el telón.
Recordándome que ese beso que dices que te debo te lo di sin darte cuenta en nuestro asiento.
Siendo espectadores de lo bonito que podría ser el mundo teniéndote al lado.
Y todo esto mientras me agarrabas la mano como si la noche acabara de empezar.
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