¿Una taza de café antes de irte? ☕. Juro que no se está tan mal en este andén.

lunes, 6 de octubre de 2014

Auto-algo

Hay días que la no-inspiración decide interrumpir en el pecho, como cuando te pienso sin pensar o como cuando echo de menos lo que dabas pero no a ti. 

Jode hablar claro; igual que joden las yagas cicatrizando y que aún no te dejan abrir la boca en su máxima capacidad para gritar "QUE TE LARGUES". Ya sí que no hay muros pero tampoco almohadas. Quizás debería leerme el prospecto de las drogas antes de engancharme a ti, a nadie. O mejor dicho, los efectos secundarios que a veces duelen más que los golpes de frente, que al menos puedes tener tú la libertad de golpearte contra ellos.

Un qué tal se queda grande, pero cualquier cosa se quedaría pequeña. 

Las nuevas ilusiones no están a la orden del día, tímidas, bipolares, sobrevaloradas. Como los lunes con sabor a domingo, de esos que llueven aunque te arropes, pero que no te apetece que te coman y decido traficar con letras pendientes, para que no nos consumamos, como de costumbre.

Y se enhebran solas las palabras, sin avisar a nadie y cosiendo el final de un día para tener fuerzas y ganas para el siguiente. Que todo es cuestión de cambiar las lentillas y reír a carcajada limpia en una cocina con gente ingenua de cuánto bien hacen. Y al final eso es lo que queda, efectos primarios, secundarios y terciarios de los buenos momentos, de los que se viven y de los que vives sin estar esperando. 

Hay más precipicios que unos ojos.

Habrá que dejarse sorprender. R

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