¿Una taza de café antes de irte? ☕. Juro que no se está tan mal en este andén.

lunes, 17 de agosto de 2015

Bajando aprendí a subir.

Lo mejor de la despedida es el pelo al viento, la sonrisa nueva y las pestañas a secar.




La lluvia erosiona tanto como el tiempo y su mazo, haciendo que esas piezas de puzzle que salían de la caja pegadas ya no encajen ni a puños, insultos o miedos. 
La libertad no debería tener precio y se nos olvida agarrar la nuestra paseando.
Qué importante quererte y destaparte en la cama enseñando lo que quieras.
La seguridad es, hasta que te aprieta. Entonces es mejor cortar amarras y salir corriendo.
Ojalá pierda ese pánico a que la persona sentada al otro lado del "subeybaja" se levante estando abajo y yo me de la hostia de siempre. Ni con las piernas estiradas amortiguas como te gustaría.
Pero aquí estamos, despertando al espejo, perdiendo llaves y colándome por cerraduras, buscando un sitio que me llame, saltando en espirales, viviéndome a mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario