¿Una taza de café antes de irte? ☕. Juro que no se está tan mal en este andén.

domingo, 24 de agosto de 2014

Pastas y pastos, pactos de diamante.

Alcé un poco la vista del suelo para ver como el escalofrío llegaba hasta mi brazo izquierdo, dejando ver la piel erizada a partir de la manga. Menos mal que te hice caso, en ciertos lugares siempre mejor llevarse chaqueta aunque el verano atente fuera, ya que el frío va por dentro y las miradas se congelan alrededor de la esperanza. En la cabeza sin embargo hay un bucle entre vacío y pensamientos ultra-sónicos que resultan violentos y desagradables, cuando en realidad el único sonido lo hace un señor eligiendo qué aperitivo tomar en la única máquina de la sala.

Y esperas, y resoplas, y le pasas el relevo al de al lado al que parece que también le falta un poco la respiración. Y recuerdas lo que no viviste lejos de la otra estrella, y sólo esperas que ésta siga adelante, y que no se ponga final.

Y recuerdas su risa, su pelo, su peluca, su piel, sus lecciones.
Y piensas en su comida, sus manías, sus mimos y las lecciones que le quedan por dar.

Y es que ojalá hubiera una forma de hacer un pacto con el diablo y volverte a ver al lado de esa encina; y no volver más al hospital. 

Me enseñaste a no pedir más de lo que tengo y a valorar lo imperfecto como perfección; me miraste por dentro y me hiciste mejor.
Me das la fuerza cuando falta y el carisma para no olvidar quien soy; me miras por fuera y me siento mejor.

Suerte la mía de haberte tenido, de tenerte. Suerte la mía por enseñarme a luchar y saber rechazar lo que no me conviene. Mi único pacto será teneros presente; y hasta el día que yo me convierta en una de ellas me encargaré de que brilléis fuerte y nunca fugaces. 

A mi abuela, la que me guía y me falta pero no me deja; la que no se perdió ni pierde ninguno de mis pasos. 
A mi abuela, la que hizo victorioso aquel día en la sala de espera; la que seguirá ganando batallas y viviendo mis pasos.




Os debo eso que jamás podré devolver y que intento agradecer con ver/imaginar vuestros ojos a medida que crezco, a medida que me encantaría acercarme a vosotras.         R

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