¿Una taza de café antes de irte? ☕. Juro que no se está tan mal en este andén.

miércoles, 15 de febrero de 2017

.l.

No creas que esta entrada va a ser bonita, porque quien avisa no es traidor y yo tengo cargada el alma.



Dis-dis-dis-disparos a la diana:

No os asustéis cuando os diga que a veces me cuelgo de una fina línea que aparece de la nada y me incita a que me ahogue; jodida realidad cómo amenaza. Pero yo que soy más lista que el hambre y la anorexia juntas, solo me apoyo en él y me acabo balanceando con la intención de sentir aire en la cara y quizás buscar el vómito en la garganta, a ver si así despierto de mis resacas.

Los monstruos de debajo de las camas ya no temen la luz, y los armarios se han abierto abofeteando a todo aquél que seguía empujando, reprimiendo, que se jodan.

Tienes la risa en el suelo y no tienes ni idea de lo bonita que te queda detrás de la oreja.

Que no pretendo convencerte, solo ayudarte a lamer nuestros códigos de barra hasta borrarlos, que nadie quiere saber su precio y fecha de caducidad, porque no estamos preparados para afrontarlo, asumidlo ya.

Y qué importa si lloras por la vida. De eso se trata, de arrasarla hasta amarla, sacudirla hasta que duela; pisando sólo colillas y besando el sexo de quien te de la gana.

Hay cicatrices muy bonitas como para dejarlas de tocar.

Te quieren hacer creer que el tiempo pone a cada uno a su lugar, y hay quienes siempre son pasado.

Nos vemos en los silencios y saludos cordiales, pero pocos son los que te invitan a una copa sin querer absorber tu campanilla.

Que se noten las costillas, y enseñes la nalga.

Y sal de casa, tirano. Y no salgas tanto con Fulano, no te vaya a exprimir el ano.



Mis dis cul paros.

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